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lunes, 19 de septiembre de 2011

La habilidad de comunicar

Recientemente se ha abierto un blog, “Habla por ti”, sobre consejos, ejemplos y errores para hablar mejor en público. Es interesante repasar los ejemplos, de los más variados campos, que se van poniendo. En el ámbito de la epidemiología y la salud pública todavía éste es un aspecto al que no se le presta el debido cuidado. Y habida cuenta de la necesidad de comunicar que tenemos, llama la atención esa poca atención, pese a la bibliografía existente al respecto. Hace ya una década, Mª José Tormo y José Ramón Banegas insistían en que la comunicación de riesgos es una habilidad que se debe aprender y practicar.
Más recientemente se ha vuelto a tratar este asunto en el Informe SESPAS 2010, por parte de Juan Gervas y Ricard  Meneu. Afirman que, en España, se ve una mejor respuesta a las crisis por parte de los profesionales sanitarios (clínicos y salubristas) que de los responsables públicos. Para ellos es necesario transferir a los profesionales mayores espacios en las decisiones sobre la identificación y la gestión de las crisis, con transparencia, y limitar el inercialismo burocrático.
El pasado 8 de junio, Joan Carles March y Mª Ángeles Prieto volvían sobre el tema en su espacio “Sombreros de colores” e insistían en las medidas para una estrategia de comunicación de riesgos adecuada, basadas en el curso de comunicación de riesgos de la Organización Panamericana de Salud (OPS). La primera de ellas era “no sobretranquilizar”. Fundamental. Con respecto a esto resulta pertinente dar la palabra a José Saramago que en su libro “Las intermitencias de la muerte” (2005) describía un caso de "sobretranquilización":

“....pero el conocido impulso de recomendar tranquilidad a las personas a propósito de todo y de nada, de mantenerlas sosegadas en el redil como sea, ese tropismo que en los políticos, en particular si están en el gobierno, se ha convertido en una segunda naturaleza,[......] le obligó a rematar la intervención de la peor manera. Como responsable de la cartera de sanidad, les aseguro a quienes me escuchan que no existe motivo alguno de alarma, Si he entendido bien lo que acabo de oír, observó un periodista con tono que no quería parecer demasiado irónico , en su opinión de ministro no es alarmante el hecho de que nadie esté muriendo [....] Pero, ahora que no se encuentra a nadie dispuesto a morir, es cuando usted nos pide que no nos alarmemos, convendrá conmigo que, por lo menos, es bastante paradójico.”

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7 comentarios:

  1. Quizás algo en lo que se ha trabajado poco es en comunicar los posibles escenarios y consecuentemente las opciones para su control ANTES de las crisis. Si vamos a tardar 6 meses en tener tal o tal medida en marcha por que no discutirlo esto con la población antes de que ocurra. Quizás entonces podemas hablar sin las presiones de los medios, de los colegas que no opinan igual, de los partidos en la oposición, de los del propio partido, del ministor de economía que no quiere gastar, de la población que está asustada/desorientada/desquiciada, de los técnicos que se las saben todas, de los otros técnicos que se saben las de su lado, de los vendedores de yuyus, de los seguidores de la teoría de la conspiración, de...
    Quizás nos falta mas esfuerzo en la faase de preparación para incluir el consenso de todos y no solo transcribir/cut and paste lo que han escrito los CDC/OMS/ECDC...otras_OOII

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  2. ¿Y si no solo nos falta esfuerzo? ¿Y si también nos falta la formación y la práctica (la habilidad) necesaria para afrontar ese esfuerzo?

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  3. También. Lo que quiero decir es que habitualmente se piensa en comunicar una vez la crisis está en marcha. Creo que hay que dialogar antes de la crisis. Comunicar me suena a una posición dominante (del que sabe al que necesita ser instruido). Dialogar significa escuchar lo que el otro tiene que decir, por ejemplo si debemos prepararnos para la pandemia que vendrá (¿alguna vez?) o para las amenazas de todos los días.
    Pero si, las habilidades también son necesarias. Por cierto, ¿deben los epidemiologos saber hacer de todo como los CSI?

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  4. De todo de todo, no. Pero en esto llevamos retraso. Y si, llevas razón en que debe pensarse con anticipación. Gracias por el comentario.

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  5. En otros países, como EEUU o Francia, es habitual que los niños practiquen en los colegios la oratoria y el debate. Es considerada una actividad de "empollones", con lo que los estudiantes más brillantes terminan siendo los que mejor se explican y mejor dominan las técnicas de persuasión.
    El valor de la formación en comunicación está en que, al margen de las referencias teóricas que pueda trasladar el profesor al alumno, se basa en la práctica y en la interacción entre alumnos, entre iguales.
    En nuestro país, donde la formación es jerárquica y se desincentiva la iniciativa, este retas practicas de formación democráticas costará años que se normalicen, pero creo que conseguirá. Por ahora, a los que ya estamos en ejercicio profesional nos ha tocado buscarnos la vida.
    Soy Alvaro Mohorte, autor del blog "Habla por ti", gracias por citarme en tu artículo.

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  6. Sólo queda insistir en la necesidad de introducir estas habilidades en los curriculos formativos en epidemiología y salud pública. Para hacerlo desde pequeños como indica Álvaro Mohorte tendremos que intervenir en otros ámbitos.

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  7. Sobre este asunto está realizándose, en estos momentos, un curso muy interesante en la Escuela de Verano de Salud Pública de Mahón: "La ciencia y el arte de la Comunicación en Salud Pública" http://www.emsp.cime.es/Contingut.aspx?IDpub=3038

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