Para varias generaciones resulta inolvidable una de las canciones en la película de Disney "Blancanieves y los siete enanitos" (1937) titulada "Silbando al trabajar" en la que se ensalza la buena actitud y la cooperación ante el trabajo (doméstico en ese caso). Todos sabemos que eso no garantiza que los efectos sobre la salud de los trabajadores sean menores. Y de recordarnos cómo está la situación en España se encarga el "Informe de Salud Laboral España, 2001-2010", elaborado por el Centro de Investigación en Salud Laboral, CISAL, de la Universitat Pompeu Fabra y recientemente hecho público.
En este informe se presentan abundantes datos, y gráficos, provenientes de variadas fuentes. Tiene un capítulo expresamente dedicado a efectos sobre la salud. En él se menciona el descenso observable en este periodo en la mortalidad por accidentes de trabajo, pese a lo cual se ha producido un incremento de las desigualdades puesto que la reducción ha sido mayor en los trabajadores no manuales que en los trabajadores no cualificados. En las lesiones no mortales, también en un contexto de disminución en el período, en cambio si que se ha reducido la desigualdad entre tipos de trabajadores. No en balde una de las recomendaciones del informe es "Fomentar los estudios desagregados por ocupaciones y actividades económicas a fin de conocer las tendencias de desigualdades".
También llama la atención, aunque no debería extrañarnos, cómo se refleja el impacto de la crisis en la estructura productiva especialmente a partir de 2008, en la mayoría de los indicadores. La tasa de paro, en cambio, empeora a partir de 2007, un año antes.
En definitiva, el Informe nos recuerda que "junto al descenso de las lesiones mortales y no mortales a lo largo de la década, otros indicadores de salud como la percepción de buena salud y la incapacidad permanente disminuyen o permanecen estables".
Por ello, una de las recomendaciones del informe es la de "Realizar estudios específicos que evalúen el impacto de la crisis sobre la salud de los trabajadores, y las reformas llevadas a cabo para hacerle frente, en especial la reforma laboral, tanto de los que trabajan en el sector formal como informal, así como los desempleados".
Hay trabajo, pues. Silbemos mientras lo hacemos, pero no para disimular.
Además de los textos -bien trabajados- se te agradece que vengan taraceados de enlaces web. En este, el documento CISAL, en el que veo a un viejo amigo y paisano -Pere Boix-, y el vídeo añejo de Disney. (hablando de silbar: en la película del Puente sobre el río Kwai, aunque..., no, aquí, mejor que no). Saludos. Juan Bellido.
ResponderEliminarSiempre citando las fuentes: es obligado. Gracias por el comentario (por cierto ¿qué quieres decir con taracear?. En el diccionario de la RAE dice que es "adornar con taracea", y la taracea es una incrsutación de madera, nacar, etc...)
ResponderEliminarTaraceados con enlaces web = enlaces web incrustados en el texto, o intercalados. Un poco literario si quieres. Se me quedó la palabra la primera vez que la leí en un texto de Indalecio Prieto (Don Inda), en el siglo pasado. Él decía así: "...un texto taraceado de eutrapelia...". Ahora te preguntarás qué es eutrapelia, como me pasó a mi, ¿o no? Juan
ResponderEliminarUna vez más compruebo que mi ignorancia puede llegar a ser enciclopédica ;) Corro a buscar "eutrapelia" en el diccionario...
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