El llamado cinturón bíblico holandés salta hoy a las páginas de los periódicos ("Virus por voluntad divina") y no lo hace por una cuestión exclusivamente religiosa, aunque sí relacionada con ello: un brote epidémico de sarampión que ha afectado, al menos, a 466 niños. La denominación de cinturón bíblico ("Bijbelgordel" en idioma holandés) hace referencia a la porción de territorio holandés, en el que se asientan calvinistas ortodoxos con acendradas creencias manifestadas en su defensa de valores tradicionales y en su oposición a prácticas o costumbres consideradas excesivamente liberales entre las que se incluyen, por ejemplo, que las mujeres no usen pantalones o que en la mayoría de sus hogares no haya aparato de televisión. Entre ellas se encuentra también su oposición a la vacunación.
Esta oposición de origen religioso a las vacunas ya ha causado problemas en el pasado originando brotes de poliomielitis en 1971, 1978, 1992-1993 como se publicaba en el American Journal of Epidemiology en 2001 ("Immunity to Poliomyelitis in the Netherlands") , o la epidemia de sarampión de 1999 de la que se hacía referencia en el año 2000 el British Medical Journal ("Netherlands faces measles epidemic").
Como ya hemos mencionado con anterioridad (véase "El sarampión no es ninguna fiesta") estamos hablando de enfermedades con complicaciones graves a lo que, en este caso se añade la extensión de alguna de ellas a países libres de la misma (como sucedió en el caso de la polio con casos registrados posteriormente en Canadá y Estados Unidos).
En el fondo de este asunto subyace la necesidad y la obligatoriedad o no de la vacunación. Hace poco comentábamos en la entrada "Consideraciones éticas" la importancia de la necesidad de formación en los aspectos éticos en salud pública, y en la monografía mencionada en esa entrada ("Casos prácticos de ética y salud pública") Victoria Camps, en su presentación, hacía referencia a John Stuart Mill y su frase: "el único objetivo por el que podemos ejercer legítimamente el poder sobre cualquier miembro de una comunidad civilizada, contra su voluntad, es impedir el daño a otros. Su propio bien, sea físico o moral, no es una justificación suficiente".
Ya no es sólo proteger a los niños de estas comunidades religiosas ultraortodoxas, se trata también de proteger a otros habitantes de ese país e incluso de otros países (como ya se ha visto en el pasado) a los que les afecta el comportamiento basado en unos valores religiosos (o una interpretación de los mismos) que no tienen por qué compartir.
Aunque sarampión y religión tengan la misma terminación en lengua española, eso sólo es una coincidencia lingüística. No deben llevar a otra palabra que también termina en "on": confusión.
Ya no es sólo proteger a los niños de estas comunidades religiosas ultraortodoxas, se trata también de proteger a otros habitantes de ese país e incluso de otros países (como ya se ha visto en el pasado) a los que les afecta el comportamiento basado en unos valores religiosos (o una interpretación de los mismos) que no tienen por qué compartir.
Aunque sarampión y religión tengan la misma terminación en lengua española, eso sólo es una coincidencia lingüística. No deben llevar a otra palabra que también termina en "on": confusión.
Áreas de influencia del Partido Cristiano Reformado Holandés (SGP) (votos obtenidos en 2010) y que coincide con el Cinturón Bíblico |
No me considero más que un respetuoso usuario de la bioética, pero cuando oigo referencias a la ética con niños por en medio, me pongo en guardia, lo diga John Stuart Mill, Victoria Camps o el Archimandrita de Constantinopla.
ResponderEliminarLa seguridad y la prevención van de la mano. Yo pongo las vacunas en el mismo sitio que pongo los cuchillos en un cajón fuera del alcance de los niños, las barandillas de las cunas, los pasamanos de las escaleras, los bordillos de las aceras, los semáforos de los cruces, los paraguas, los techos impermeables, los extintores y las bocas de riego, el hervido de la leche, el lavado de las manos antes de comer, el sistema de alcantarillado y la sombra para el sol...
También soy un moderno que instala un antivirus en el ordenador.
Calvinistas, talibanes y antivacunas forman parte de colectivos fanatizados que no aman al prójimo, en contra de sus más elementales prescripciones religiosas. Mala gente.
Gracias por el comentario. Estamos de acuerdo. Creo que la cita de Mill apoya la vacunación precisamente con el argumento de que no se haga daño a otros.
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