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sábado, 13 de julio de 2013

Una roca determinante

Según nos recuerda la prensa ("Gibraltar, así que pasen 300 años más") parece que hoy se cumplen tres siglos desde que el entonces Rey de España, Felipe V, cedió a Gran Bretaña la posesión del peñón de Gibraltar.

Desde entonces, en realidad desde 1704, fecha en la que el peñón fue ocupado por las tropas anglo-holandesas, la Roca se ha constituido en un factor ligado a la manera en que se ha determinado la situación social y económica, no solo para la propia población "llanita", sino también para las poblaciones limítrofes situadas al otro lado de la frontera. Y también ha sido un factor determinante de la salud de todas estas poblaciones.

Como ya comentamos en su momento (véase "Mirar al pasado para explicar el presente") se ha publicado la importancia que la vida de frontera ha tenido sobre la salud de los habitantes del Campo de Gibraltar, por lo que podemos confirmar que la existencia de la situación jurídica del Peñón ha tenido y tiene un impacto en salud. En la actualidad, además, la desigualdad económica entre la población de El Campo de Gibraltar y la de la Roca se ha acrecentado, por lo que tenemos otro indicio de la desigualdad en salud.

Pero seguro que no es la única zona del mundo donde esto sucede. Al otro lado del estrecho de Gibraltar existe una situación parecida y de dónde recibimos noticias constantes de la desigualdad, unas veces en forma de intentos de sobrepasar la frontera ("Un centenar de inmigrantes entra en Melilla en un salto masivo de la valla") y otras en la forma en la que se vive, o malvive, pasando a diario de un lado a otro ("Las mujeres mula de Melilla"). Sería ingenuo pensar que esa situación no afecta también a la salud.

Las fronteras nos separan y no sólo físicamente. También en la salud.


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