Trabajar en casa no siempre es equivalente a teletrabajo. La casa, el domicilio, siempre requiere que alguien se ocupe de las tareas domésticas. Y esas tareas se han realizado de manera diferente en distintas épocas y situaciones sociales, pero siempre recayendo en quienes se "consideraban" menos cualificados para otras actividades laborales, lo que implica una minusvaloración de quienes las hacen, al tiempo que se limita sus posibilidades de desarrollo personal y profesional. Incluso hay quien sigue considerando a las tareas domésticas como actividades no laborales.
Un conocido comentaba que siempre tenía muy presente que su carrera profesional y la de su pareja había sido posible gracias a que "externalizaban" las tareas domésticas. Quienes no nos dedicamos a ellas de forma profesional debemos ser muy conscientes de ello y procurar, al menos, no olvidar esa visión.
Un conocido comentaba que siempre tenía muy presente que su carrera profesional y la de su pareja había sido posible gracias a que "externalizaban" las tareas domésticas. Quienes no nos dedicamos a ellas de forma profesional debemos ser muy conscientes de ello y procurar, al menos, no olvidar esa visión.
Y a esas personas que hacen posible que nos dediquemos a otras cosas, les han dedicado su atención un grupo de investigadores que han publicado en Gaceta Sanitaria el artículo titulado "Percepción de las trabajadoras inmigrantes del servicio doméstico sobre los efectos de la regulación del sector en España".
Y el análisis revela que la entrada en vigor de la legislación es percibida de manera ambivalente: a veces más como un problema que genera nuevas dificultades que como una solución que ocasiona mejores condiciones de trabajo. Una de las personas participantes en el estudio dice claramente "Yo creo que esta ley para mí no me beneficia".
Una norma elaborada para mejorar las condiciones de empleo de unas personas que siempre han estado laboralmente mal tratadas no genera los resultados deseados. La norma no funciona sola: el contexto, las percepciones, las condiciones económicas y sociales también ejercen su papel. Sobre todo si la legislación dista de ser perfecta e incluso agudiza las diferencias entre mujeres inmigrantes y españolas. Es necesario evidenciar también esta situación desde el ámbito científico.
Una norma elaborada para mejorar las condiciones de empleo de unas personas que siempre han estado laboralmente mal tratadas no genera los resultados deseados. La norma no funciona sola: el contexto, las percepciones, las condiciones económicas y sociales también ejercen su papel. Sobre todo si la legislación dista de ser perfecta e incluso agudiza las diferencias entre mujeres inmigrantes y españolas. Es necesario evidenciar también esta situación desde el ámbito científico.
Imagen tomada de pikaramagazine.com |
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