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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Talidomida: otra injusticia

Es fácil imaginar la ilusión con la que se espera el nacimiento de un hijo. En muchos sitios es costumbre que, tras el nacimiento, las abuelas cuenten los deditos del recién nacido para comprobar que están todos y completar la dicha de un nacimiento sin complicaciones. Pero, en ocasiones, el diagnóstico de una anomalía congénita empaña este momento y además, en muchos casos, no puede confirmarse la causa de la misma. No fue este el caso de la  talidomida y las dismielias originadas por éste fármaco.

Forman ya parte de la historia de la medicina los artículos publicados en Lancet por McBride en 1961 y Lenz en 1962 sobre la relación de la talidomida con las anomalías congénitas. Y ha sido contada la historia del descubrimiento de esta relación por Lenz y Knapp, éste último un alemán nacido en Madrid (como hicimos hace ya un año en "Detectives y epidemiolog@s", a raiz de la publicación de "El detective de la talidomida" en el diario "El País"). Pueden también consultarse artículos publicados no hace mucho en revistas científicas en los que se recopilan los datos históricos, por ejemplo "Talidomida: una historia inacabada" o "Talidomida, 50 años después".

Pero lo que todavía no forma parte de la historia de la medicina, sino de la de las injusticias es lo que sigue sucediendo con los españoles afectados por estas malformaciones que acaban de ver como la Audiencia de Madrid anulaba el pago de indemnizaciones que había ordenado hace un año el juzgado de primera instancia. Por eso un grupo de sanitarios españoles, algunos de ellos blogeros (José Martínez López, Vicente Baos, Salvador Casado, Enrique Gavilán, Juan Gérvas, Abel Novoa, Javier Padilla y Juan Antonio Sánchez Sánchez), han firmado, y publicado, una carta abierta a los laboratorios Grünenthal a favor de las víctimas de la talidomida, en la que solicitan a este laboratorio que "reconozca su deuda histórica con las víctimas y que les pague a los afectados los 20.000 Euros por cada punto porcentual de discapacidad, como decía la sentencia anterior, sin necesidad de que tengan que presentar el frasco de Softenon o de cualquier otro de los seis que se comercializaron en España entre 1957 y 1963".

La carta publicada está disponible en los blogs "La consulta del doctor Casado", "Médico Crítico" o "Apuntes para la reflexión sanitaria".

Más información en la Asociación de Víctimas de la Talidomida en España y otras Inhabilidades (AVITE). Y también puedes firmar la petición acerca de las indemnizaciones en change.org

Portada de la revista "Life" en español del 17 de septiembre de 1962

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