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sábado, 7 de marzo de 2015

¿Y si no tengo método? #carnavalsalud

¡Glups! ¿Y si, de verdad, no tengo método?

Esta idea ha venido cuando #carnavalsalud, con el título "Gestión del Conocimiento: ¿Cómo te lo Montas?" nos propone que escribamos una entrada sobre nuestros entornos personales de aprendizaje (PLE) y la gestión del conocimiento que aplicamos. En definitiva sobre qué método gastamos en las redes sociales. Y después de un buen rato dándole vueltas (días en realidad) he llegado a la conclusión de que no tengo método.

Desde que empecé en esto de las redes sociales he ido aprendiendo a trompicones (ese debe ser mi PLE), observando un poquito, o mucho, a aquellos que me gustaba lo que escribían, difundían o cómo lo hacían e intentando descifrar muchas veces las cosas que decían que hacían ¿qué es eso del Hootsuite? ¿Y Feedly? ¿Hay que suscribirse a algo? Y así, a golpes, fui aprendiendo lo poco que sé. 

Pero, a alguien que se dedica a la epidemiología y que sabe que el método es fundamental, no se le escapa que ésto lo está haciendo sin método. Es verdad. Pero al fin y al cabo ésto de las redes sociales y el blogueo quiere (quería) ser un divertimento que derivó hacia el campo profesional (porque la cabra siempre tira al monte y porque de lo que uno sabe un poco es de su profesión).

Así que las ideas surgen de la lectura que abarca desde el cotidiano periódico a cosas que se captan a través de Twitter o Facebook y, sobre todo, retales de lo que aparece en el trabajo diario: ese punto que se ha quedado sin desarrollar del todo, una relectura de aquel informe o artículo, un chispazo oído en una reunión,.... Debo reconocer que repaso pocos blogs: solo los imprescindibles. Pero en el grupo de Blogs Sanitarios de Facebook encuentro a casi todos los que me interesan.

Después llegamos al momento de pasar a menores. Digo menores porque ya llegaremos a mayores más adelante. Utilizo blogger como gestor de este blog. Lo escogí porque vi que otros más avezados que yo también lo usaban y me dije que, si ellos que sabían más lo gastaban, pues no sería tan malo. Me pareció sencillo e intuitivo y aquí seguimos. En ocasiones, no siempre, creo una entrada en blogger donde apunto esa idea que está germinando y la dejo en estado de borrador, para retomarla cuando haya tiempo (algunas siguen así después de meses). En otras comienzo y termino en el mismo acto.

La escritura en si misma son los mayores. Aquí escribo, repaso, vuelvo a repasar, modifico, otra vez repaso y así hasta que, cansado ya, le doy a publicar. Y después, todavía descubres que había que pulir algo ¡uff! ¡no se acaba nunca!. Uno de los aspectos que me gusta cuidar son los enlaces: no quiero poner cualquiera. A veces tardo bastante en encontrar el que busco. Siempre aspiro a poner información contrastada y de fuentes fiables (o que yo considero fiables). Por eso suelo recurrir bastante a PubMed, pero tampoco descarto la Wikipedia

Una vez acabada la entrada, uso Twitter, Facebook y Linkedin para difundirla. Para ahorrarme faena suelo hacerlo a través de Hootsuite y lo recomiendo vivamente: acorta los enlaces, permite programar los mensajes e incluso sirve para darle un repaso a tus cuentas en las redes sociales. Imprescindible.

A continuación ya sólo queda esperar que alguien lea eso que has escrito. Y un servidor es un adicto a las estadísticas de blogger (que ya sé que no son las mejores). De esa manera compruebas si ese mensaje que has lanzado dentro de esta botella que es el blog ha llegado a alguna playa y hay quien se atreve a sacarlo de la botella, leerlo y ya, en un acto supremo, interactuar dejando un comentario o escribiendo una respuesta a un tuit, o diciendo algo en Facebook.

Y así lo hago. Y me doy cuenta de que método poco, pero ganas muchas.


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