La revista The Lancet se hacía eco, hace muy poco, de la dimensión medioambiental de los determinantes sociales de la salud. Se refería al informe publicado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) titulado "Environmental health inequalities in Europe. Assessment report", en el que se presenta la situación para el continente europeo de las desigualdades de salud ambientales.
El repaso que se presenta en el informe de la OMS abarca desde indicadores de la vivienda y sus condiciones, a otros referidos a lesiones y envenenamientos, y los propiamente medioambientales (ruido, acceso a zonas de esparcimiento,...).
En este interesante informe de la OMS, se subraya que las desigualdades sociodemográficas en la exposición a los riesgos ambientales existen en todos los sitios y no son nuevas. Estas desigualdades pueden estar relacionadas con factores como los ingresos económicos, el nivel educativo, el empleo, la edad, el género, la raza/etnicidad y localizaciones específicas. Muchas de las diferencias que se observan, particularmente cuando están ligadas a variables sociales o género, son además inequidades de salud, dado que son injustas, injustificadas y evitables.
En las conclusiones se destaca que es necesario seguir fortaleciendo la evidencia de las desigualdades de salud ambientales, dada la debilidad de alguno de los indicadores disponibles, y que una de las líneas de acción es reforzar la monitorización de estas desigualdades. También se aportan ejemplos de acciones a efectuar, estratificadas por grupos de países, en los que la opulenta (en algunos casos) Europa, debe centrarse para disminuir estas desigualdades: hacinamiento en la vivienda, incapacidad para mantener una temperatura adecuada en verano en los hogares, etc...
Pese a sus limitaciones, estos indicadores muestran que es posible disponer de información para la acción y permiten la actuación en los grupos poblacionales más vulnerables, lo que contribuiría, al menos, a disminuir la brecha de la desigualdad. ¿Será posible en una generación como proponía la Comisión sobre Determinantes de Salud de la OMS?.
Desde luego no se puede decir que no hay conocimiento para orientar la salud publica en todas las políticas.
ResponderEliminarSiempre hay donde poder basarse. La inacción siempre es peor.
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