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martes, 24 de diciembre de 2013

Los fantasmas de las navidades

En 1843 Charles Dickens escribió "A Christmas Carol". Era la misma época en la que John Snow intervenía en el brote de cólera en Londres. Dickens refleja el momento en el que escribe y así aparecen, por ejemplo, la preocupación por la sobrepoblación o las dificultades de la atención sanitaria ante la enfermedad (y más en la infancia).

Primera edición de "A Christmas Carol"
La época también es la que parece influir en la moraleja, demostrando cómo cambia el avaro Mr. Scrooge tras recibir la visita de los fantasmas de las navidades pasada, presente y futura.

¿Y a nosotros? ¿Nos visitarán también los fantasmas navideños?

En nuestro caso, el fantasma de las navidades pasadas nos dejaría ver esa época en la que, literalmente, se ataban los perros con longanizas (incluso alguno con salchichón y chorizo, por supuesto ibérico), se colgaban cuadros de Miró en los cuartos de baño y donde nadie parecía poder prever las consecuencias que vendrían después. La desigualdad existía pero se veía con dificultad y la buena estela económica atraía a miles de inmigrantes que pasaban a engrosar el grupo de los menos favorecidos pese a la mejora que podía representar en su situación personal.
El fantasma de las navidades presentes nos mostraría la crudeza del impacto de la crisis, pese a los anuncios de luces al final del túnel y a que  otros anuncios quieren mostrarnos orgullosos de ser quienes somos para levantar el ánimo (es curioso que también lo hagan en Francia). En contraste estamos viendo campañas de recogida de alimentos en centros de trabajo, supermercados y centros comerciales junto con noticias de desahucios, subidas de precios injustificadas y posteriormente enmendadas (en lo que representa más un mareo de perdiz que propósito de enmienda) y que cuando se lleven a cabo impactarán sobre una economía ya exhausta.
El fantasma de las navidades futuras nos tememos que nos mostrará que todos estábamos esperando un final de la crisis que nos devolviera a los perros y las longanizas para seguir nuestras vidas tras un ¿incómodo? paréntesis.

Para poder cambiar como lo hace Mr. Scrooge es necesario adquirir conciencia de cómo se ha llegado hasta aquí, de cuáles han sido las causas y de quienes los responsables. Los anuncios bien intencionados, ya sean gubernamentales o comerciales, no nos servirán de mucho. Vamos a necesitar que nos visiten muchos fantasmas, más de los que ya lo han hecho.

Pero el renacer del espíritu solidario al que parece que estamos asistiendo, y que se acentúa en estas fechas, junto con una mayor actitud reivindicativa son parte importante de ese posible cambio "scroogiano".

Así pues, escuchemos otra "Christmas Carol": la "Canción de Navidad" de Silvio Rodríguez en la que el cantautor nos dice, entre otras cosas, que:
"el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud"

Y nos quedamos con el soberbio estribillo, con el que aprovechamos para felicitar las fiestas a todos:
Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.
 
Canción de Navidad. Silvio Rodriguez

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Esperar que esto mejoré sin más es profundizar en las arenas movedizas. El viejo sistema acabó, no da más de sí que esto, y esto ya vemos lo que es. O cambiamos el modelo, el cambio scroogiano al que alude el autor, o lo de más, como también dice, es marear la perdiz sin el más mínimo resultado. Pero desgraciadamente parece que esto aún se ve poco. Sigamos, pues, reivindicándolo y actuando en esta línea.. Gracias por el blog, siempre interesante.

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    1. Gracias por el comentario. Coincidimos. Sigamos en la reivindicación.

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