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martes, 31 de marzo de 2015

Ir o no ir: el ébola es la cuestión

¿Qué te dirán en casa si les dices que te vas ahora a África Occidental para trabajar como epidemióloga/o y tratar de atajar la epidemia de ébola? Esta es la pregunta, entre otras, que planteaba una encuesta cuyos resultados se han publicado recientemente en Eurosurveillance ("Ebola response missions: To go or not to go? Cross-sectional study on the motivation of European public health experts, December 2014").

Ahora que el ébola ha desparecido de los titulares de los periódicos y de los encabezamientos de los noticiarios, se hace necesario recordar que todavía persiste una situación algo más que preocupante en África occidental y que sigue siendo necesario que la comunidad internacional no abandone a su suerte a esos países, ahora que la percepción de peligro ha disminuido en el mundo más desarrollado. La cooperación internacional se hace pues obligatoria y ha habido llamamientos para participar en misiones en África que han involucrado directamente a personal con experiencia en epidemiología.

Los autores del artículo en Eurosurveillance concluyen de su encuesta que hay muchos profesionales de salud pública europeos que, además de sentirse suficientemente capacitados, están dispuestos a colaborar en la respuesta frente al ébola en África. Y ello pese a que hay riesgos para su propia salud y, en algunos casos, existe falta de apoyo familiar a su decisión, tienen niños pequeños o carecen de experiencia previa en la respuesta internacional a brotes.

El ébola ya no es noticia, pero afortunadamente la respuesta del factor humano nos sigue dando buenas noticias y contribuye a que no nos olvidemos.


sábado, 28 de marzo de 2015

Pobreza: infantil y de discurso

La poetisa chilena Gabriela Mistral escribió que "La patria es la infancia, el cielo, el suelo y la atmósfera de la infancia". Si eso es cierto, y creemos que sí, un buen número de niños criados y crecidos durante los años de esta crisis, de la que algunos nos instan a creer que ya se ha acabado, han tenido (tienen) una patria que les ha escamoteado lo más precioso que se puede tener: un futuro esperanzador.

Un comunicado de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), titulado "Posicionamiento de SESPAS sobre pobreza infantil y salud", nos recuerda que el grado de pobreza infantil alcanzado en España dejará efectos indelebles en la salud de los niños a lo largo de su vida. Y no es sólo un comunicado de frases grandilocuentes, no. Se añaden durante el mismo referencias a diversas publicaciones científicas en las que se aportan datos sobre pobreza infantil en nuestro país o de la evidencia existente de una peor salud general y peor salud mental en los menores de familias vulnerables que requieren ayuda para mantener su vivienda o han sido desahuciados. Concluye con una sentencia abrumadora: "Si continúa la tendencia al aumento de las desigualdades sociales y de la pobreza infantil, en las futuras generaciones aumentará la prevalencia de problemas de salud y de personas en mala situación económica y laboral".

Pero es también muy preocupante que la respuesta de la autoridad sanitaria, en este caso el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en una declaraciones a la Agencia EFE (no encontramos nota de prensa al respecto en la web del Ministerio) sea negar que la crisis haya repercutido en la salud infantil. Esto en sí no sería novedoso, pero sí lo es que se utilicen datos de 2006 o de la esperanza de vida para hacerlo. Negar la evidencia utilizando el calendario de vacunación no parece la mejor opción. Se espera algo más de la máxima autoridad en materia sanitaria.

El comunicado de SESPAS acaba con una propuesta de seis medidas urgentes para garantizar la disminución progresiva de la pobreza y asegurar la equidad en el crecimiento y desarrollo de la población infantil española. Al menos a ellas debería haber respondido el Ministerio de Sanidad y el Gobierno de España para argumentar el por qué no se realizan.

La pobreza infantil no puede combatirse con la pobreza de discurso.






   

domingo, 15 de marzo de 2015

¿Sabes guardar un secreto?

Siempre es difícil guardar un secreto. Para ayudarnos a hacerlo hay quien incluso nos enseña formas de guardarlo. Pero cosa diferente es cuando ese secreto no es personal, sino profesional. En epidemiología estamos acostumbrados a ello y eso es porque los datos son la materia prima con la que se trabaja y todos los epidemiólogos saben, sabemos, que trabajar con datos personales implica custodiar algo que le afecta en lo más íntimo a todas las personas. Por eso se tiene a gala, como cita Jorn Olsen en su artículo "Data protection and epidemiological research: a new EU regulation is in the pipeline", que la investigación en epidemiología "puede hacerse, y se hace, de modo que no se ha producido ninguna filtración indeseada de los datos personales y es probable que sea la forma más segura de investigación médica que esté a su disposición".

Por ello, el Grupo de Trabajo de Protección de Datos de la Sociedad Española de Epidemiología organizó una Jornada de Protección de Datos en Salud Pública que se celebró el día 13 de marzo pasado en Madrid. Quienes estén interesados en saber lo que se trato en esa Jornada pueden acceder a través del canal de "streaming" que se habilitó para ello: http://www.cgcom.es/streaming_epidemiologia

El último acto de la jornada consistió en un interesante debate en el que representantes de (casi) todos los partidos españoles representados en el Parlamento Europeo expusieron sus posturas al respecto de la tramitación del nuevo reglamento europeo sobre protección de datos. Es esperanzador que la mayoría de ellos se mostraron partidarios de hacerse eco de la postura de los epidemiólogos españoles en este proceso. Ya veremos si en el momento de la votación mantienen este compromiso pero, de momento, puede considerarse un buen y exitoso ejemplo de "lobby" bueno (en palabras de Isabel Noguer, directora del Centro nacional de Epidemiología y moderadora de ese debate).

La jornada fue seguida en Twitter a través del hashtag #jornadasee y con él se escribieron 211 tuits (según puede verse en Topsy) con un total de 95.803 impresiones (según Tweet Archivist). Este es también otro ejemplo de "lobby" bueno.

Podemos modificar un poco la frase de George Bernard Shaw de "no hay secreto mejor guardado que aquel que todos conocen" diciendo que "no hay secreto mejor guardado que aquel que conocen todos los epidemiólogos"

¿Sabes guardar un secreto? Yo también, así que no te diré nada (más).


sábado, 7 de marzo de 2015

¿Y si no tengo método? #carnavalsalud

¡Glups! ¿Y si, de verdad, no tengo método?

Esta idea ha venido cuando #carnavalsalud, con el título "Gestión del Conocimiento: ¿Cómo te lo Montas?" nos propone que escribamos una entrada sobre nuestros entornos personales de aprendizaje (PLE) y la gestión del conocimiento que aplicamos. En definitiva sobre qué método gastamos en las redes sociales. Y después de un buen rato dándole vueltas (días en realidad) he llegado a la conclusión de que no tengo método.

Desde que empecé en esto de las redes sociales he ido aprendiendo a trompicones (ese debe ser mi PLE), observando un poquito, o mucho, a aquellos que me gustaba lo que escribían, difundían o cómo lo hacían e intentando descifrar muchas veces las cosas que decían que hacían ¿qué es eso del Hootsuite? ¿Y Feedly? ¿Hay que suscribirse a algo? Y así, a golpes, fui aprendiendo lo poco que sé. 

Pero, a alguien que se dedica a la epidemiología y que sabe que el método es fundamental, no se le escapa que ésto lo está haciendo sin método. Es verdad. Pero al fin y al cabo ésto de las redes sociales y el blogueo quiere (quería) ser un divertimento que derivó hacia el campo profesional (porque la cabra siempre tira al monte y porque de lo que uno sabe un poco es de su profesión).

Así que las ideas surgen de la lectura que abarca desde el cotidiano periódico a cosas que se captan a través de Twitter o Facebook y, sobre todo, retales de lo que aparece en el trabajo diario: ese punto que se ha quedado sin desarrollar del todo, una relectura de aquel informe o artículo, un chispazo oído en una reunión,.... Debo reconocer que repaso pocos blogs: solo los imprescindibles. Pero en el grupo de Blogs Sanitarios de Facebook encuentro a casi todos los que me interesan.

Después llegamos al momento de pasar a menores. Digo menores porque ya llegaremos a mayores más adelante. Utilizo blogger como gestor de este blog. Lo escogí porque vi que otros más avezados que yo también lo usaban y me dije que, si ellos que sabían más lo gastaban, pues no sería tan malo. Me pareció sencillo e intuitivo y aquí seguimos. En ocasiones, no siempre, creo una entrada en blogger donde apunto esa idea que está germinando y la dejo en estado de borrador, para retomarla cuando haya tiempo (algunas siguen así después de meses). En otras comienzo y termino en el mismo acto.

La escritura en si misma son los mayores. Aquí escribo, repaso, vuelvo a repasar, modifico, otra vez repaso y así hasta que, cansado ya, le doy a publicar. Y después, todavía descubres que había que pulir algo ¡uff! ¡no se acaba nunca!. Uno de los aspectos que me gusta cuidar son los enlaces: no quiero poner cualquiera. A veces tardo bastante en encontrar el que busco. Siempre aspiro a poner información contrastada y de fuentes fiables (o que yo considero fiables). Por eso suelo recurrir bastante a PubMed, pero tampoco descarto la Wikipedia

Una vez acabada la entrada, uso Twitter, Facebook y Linkedin para difundirla. Para ahorrarme faena suelo hacerlo a través de Hootsuite y lo recomiendo vivamente: acorta los enlaces, permite programar los mensajes e incluso sirve para darle un repaso a tus cuentas en las redes sociales. Imprescindible.

A continuación ya sólo queda esperar que alguien lea eso que has escrito. Y un servidor es un adicto a las estadísticas de blogger (que ya sé que no son las mejores). De esa manera compruebas si ese mensaje que has lanzado dentro de esta botella que es el blog ha llegado a alguna playa y hay quien se atreve a sacarlo de la botella, leerlo y ya, en un acto supremo, interactuar dejando un comentario o escribiendo una respuesta a un tuit, o diciendo algo en Facebook.

Y así lo hago. Y me doy cuenta de que método poco, pero ganas muchas.