Una disyuntiva clásica cuando se llega al comienzo de los estudios de secundaria (si es que se pueden seguir llamando así ahora) ha sido desde siempre ¿ciencias o letras? Los que ya vamos teniendo una edad recordamos en aquel antiguo bachillerato (anterior incluso a la EGB), el desgarro que incluso se producía cuando inseparables compañeros de clase, desde hacía muchos cursos, debían tomar caminos distintos porque en un caso la elección había sido ciencias y, en el otro, letras. Junto con ese desgarro emocional se introducía en nuestras cabezas la idea de que estas dos ramas eran antagónicas: si habías elegido una ya quedabas excluido de la otra para siempre. Y muchas leyes educativas después parece que la situación no se ha modificado gran cosa.
Así que, si te dedicas a la comunicación es que eres de "letras" y si te dedicas a la rama sanitaria o biosanitaria, pues eres de "ciencias". Y en ese caso, lo que hagan "los otros" no va contigo y no tienes ni por qué entenderlo. Gran error. Y así nos va.
Este esquema se ve muy patente en lo que ocurre, como ya hemos comentado aquí en otras ocasiones (véase por ejemplo "Epidemiología: la noticia"), en la comunicación de la ciencia. Incomprensiones, malos entendidos, malas interpretaciones y demás zarandajas pueden suceder cuando interaccionan quienes trabajan en los medios de comunicación con quienes utilizan la ciencia como método de trabajo, no necesariamente solo con los que están en el ámbito de la salud. Y si eso le añadimos la abstracción matemática el esfuerzo de comprensión ya supera lo estándar. Las matemáticas tienen mala fama para mucha gente y la estadística, pese a su aplicación más concreta, también resulta incomprensible para muchos. Así que cuando se juntan un sanitario, un estadístico y un comunicador parece que nada bueno puede salir. Y es justo lo contrario: todos pueden potenciarse.
Por eso es necesario que se tiendan puentes que ayuden a la comprensión del trabajo de los unos y los otros. Uno de esos puentes está representado por actuaciones como la Jornada de Bioestadística para periodistas y comunicadores que coorganizan la Asociación Española de Comunicación Científica y la Fundación Dr. Antoni Esteve y que tendrá lugar en Valencia el próximo día 10 de junio. En ella se pretende, según nos cuentan los organizadores, "aportar una formación básica para interpretar los resultados de la investigación biomédica y aclarar los principales problemas que plantea la información con estadísticas". Por cierto, mensaje para los organizadores: ojito con la terminología, porque no es lo mismo "estadísticas" que "estadística", pese a que el diccionario de la Real Academia o la Wikipedia no las distingan.
En esta jornada se incluyen talleres prácticos con ejemplos de estudios reales y debates entre estadísticos sobre los retos de la información biomédica. Para ir abriendo boca puede refrescarse el muy interesante y delicioso debate que tuvo lugar hace ya unos años (¡en 1999!) en la XVII Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología entre Luis Carlos Silva y Álvaro Muñoz ("Debate sobre métodos frecuentistas vs bayesianos").
Un argumento más para que os animéis a asistir: Pearson decía que la estadística es la gramática de la ciencia. Seguro que no os imagináis escribir sin conocer gramática.
En esta jornada se incluyen talleres prácticos con ejemplos de estudios reales y debates entre estadísticos sobre los retos de la información biomédica. Para ir abriendo boca puede refrescarse el muy interesante y delicioso debate que tuvo lugar hace ya unos años (¡en 1999!) en la XVII Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología entre Luis Carlos Silva y Álvaro Muñoz ("Debate sobre métodos frecuentistas vs bayesianos").
Un argumento más para que os animéis a asistir: Pearson decía que la estadística es la gramática de la ciencia. Seguro que no os imagináis escribir sin conocer gramática.
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