sábado, 23 de mayo de 2015

Ni de ciencias ni de letras

Una disyuntiva clásica cuando se llega al comienzo de los estudios de secundaria (si es que se pueden seguir llamando así ahora) ha sido desde siempre ¿ciencias o letras? Los que ya vamos teniendo una edad recordamos en aquel antiguo bachillerato (anterior incluso a la EGB), el desgarro que incluso se producía cuando inseparables compañeros de clase, desde hacía muchos cursos, debían tomar caminos distintos porque en un caso la elección había sido ciencias y, en el otro, letras. Junto con ese desgarro emocional se introducía en nuestras cabezas la idea de que estas dos ramas eran antagónicas: si habías elegido una ya quedabas excluido de la otra para siempre. Y muchas leyes educativas después parece que la situación no se ha modificado gran cosa.

Así que, si te dedicas a la comunicación es que eres de "letras" y si te dedicas a la rama sanitaria o biosanitaria, pues eres de "ciencias". Y en ese caso, lo que hagan "los otros" no va contigo y no tienes ni por qué entenderlo. Gran error. Y así nos va.

Este esquema se ve muy patente en lo que ocurre, como ya hemos comentado aquí en otras ocasiones (véase por ejemplo "Epidemiología: la noticia"), en la comunicación de la ciencia. Incomprensiones, malos entendidos, malas interpretaciones y demás zarandajas pueden suceder cuando interaccionan quienes trabajan en los medios de comunicación con quienes utilizan la ciencia como método de trabajo, no necesariamente solo con los que están en el ámbito de la salud. Y si eso le añadimos la abstracción matemática el esfuerzo de comprensión ya supera lo estándar. Las matemáticas tienen mala fama para mucha gente y la estadística, pese a su aplicación más concreta, también resulta incomprensible para muchos. Así que cuando se juntan un sanitario, un estadístico y un comunicador parece que nada bueno puede salir. Y es justo lo contrario: todos pueden potenciarse.

Por eso es necesario que se tiendan puentes que ayuden a la comprensión del trabajo de los unos y los otros. Uno de esos puentes está representado por actuaciones como la Jornada de Bioestadística para periodistas y comunicadores que coorganizan la Asociación Española de Comunicación Científica y la Fundación Dr. Antoni Esteve y que tendrá lugar en Valencia el próximo día 10 de junio. En ella se pretende, según nos cuentan los organizadores, "aportar una formación básica para interpretar los resultados de la investigación biomédica y aclarar los principales problemas que plantea la información con estadísticas". Por cierto, mensaje para los organizadores: ojito con la terminología, porque no es lo mismo "estadísticas" que "estadística", pese a que el diccionario de la Real Academia o la Wikipedia no las distingan.

En esta jornada se incluyen talleres prácticos con ejemplos de estudios reales y debates entre estadísticos sobre los retos de la información biomédica. Para ir abriendo boca puede refrescarse el muy interesante y delicioso debate que tuvo lugar hace ya unos años (¡en 1999!) en la XVII Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología entre Luis Carlos Silva y Álvaro Muñoz ("Debate sobre métodos frecuentistas vs bayesianos").

Un argumento más para que os animéis a asistir: Pearson decía que la estadística es la gramática de la ciencia. Seguro que no os imagináis escribir sin conocer gramática. 


Para inscripción: pincha aquí

domingo, 17 de mayo de 2015

Barrios vulnerables

La crisis tiene la culpa de todo, o de casi todo. Pero hay cuestiones que ya no estaban bien antes de la crisis y que sólo pueden haber empeorado.

Una de ellas son los barrios vulnerables. Se ha publicado recientemente el "Atlas de Barrios Vulnerables en España", cuyos autores principales son Agustín Hernández Aja, Ángela Matesanz Parellada y Carolina García Madruga y que contiene datos de 12 ciudades españolas de los años 1991, 2001 y una adenda de 2006. Todos ellos del período anterior a la crisis, debido a que las fuentes de datos utilizadas para valorar la vulnerabilidad estadística son los censos de 1991 y 2001 y la actualización de padrón de 2006.

Es un trabajo interesante para consultar aunque, lógicamente, es difícil que consiga llegar a todas las situaciones que podemos considerar de vulnerabilidad dentro de ciudades.

Lo más preocupante es que los autores empiezan diciendo lo siguiente: 

"En el periodo 1991-2001 se produjo un incremento muy significativo de vulnerabilidad urbana en España, pasando los barrios vulnerables de 378 en 1991 a 604 en 2001, lo que supone un incremento de casi el 60%, mientras que la población analizada creció tan sólo un 4%. Frente a algunas hipótesis que plantean que el incremento de la vulnerabilidad urbana es producto de la crisis del 2007, la constatación de que ya se había producido un crecimiento significativo de la desigualdad supone que no todas las políticas urbanas previas tuvieron los efectos deseados y que la aparente prosperidad de nuestras ciudades basada en la calidad de las nuevas periferias construidas en la década de 1991-2001 tenía el correlato de la depresión de parte de la ciudad existente, que perdía parte de sus efectivos y recursos y por tanto incrementaba sus índices de desigualdad frente a la ciudad en su conjunto".

Si en períodos de aparente bonanza la situación ya iba mal, es bastante evidente, aunque no tengamos esa evidencia publicada, que con la crisis sólo ha podido ir a peor.

Se hacen imprescindibles políticas y acciones que enmienden esta situación. Es necesario que se pongan en marcha acciones decididas de lucha contra la desigualdad. En eso consiste también la salud en todas las políticas.  


miércoles, 13 de mayo de 2015

Protege tu salud con tu voto

El derecho a la protección de la salud está recogido en la Constitución española de 1978, concretamente en su artículo 43. Lo que quiere decir que es un derecho constitucional, así que es mejor que no se nos olvide reivindicarlo y más en estos tiempos en los que denostar a los políticos puede servir de desahogo, pero no se debería caer en la tentación de denostar la política (por cierto si recurrís al diccionario de la RAE, la acepción adecuada de política para lo que estamos hablando sería la novena).

Por eso, y para reivindicar ese derecho y recordarnos que somos sujetos activos en lo que se refiere a nuestra salud y a la de la comunidad, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) ha elaborado una toma de postura ante el año electoral 2015 que se ha titulado: "Protege tu salud con tu voto". Conviene que sea repasada atentamente y que los distintos actores en política, no solo los partidos políticos, tomen buena nota y sean capaces de dar respuesta a este llamamiento.

Hace unos meses, más modestamente, también hicimos nuestra carta a papá Noel ("Cinco peticiones para el "nuevo"), a propósito del nombramiento del nuevo director general de salud pública, calidad e innovación en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Repasándola hoy vemos que sólo se ha avanzado, y muy poco, en una de aquellas peticiones.

Por eso, desde aquí también invitamos a que, como dice SESPAS, la población emita su voto pensando también en su salud y nos atrevemos a subrayar el punto 4 de esa toma de postura: "Salud en todas las políticas. La importancia de la educación".

Ya sabes: protege tu salud con tu voto.


domingo, 10 de mayo de 2015

Liberia liberada

Cuando hace casi un año se desató la histeria acerca del ébola en nuestro país, y en otros del llamado mundo desarrollado, entre las cosas que más llamaron la atención fue el profundo desconocimiento del que se hizo gala, la cuestionable política comunicativa y la concatenación de errores en la elección de decisiones, todo ello llevado a cabo en un clima que para nada llamaba al sosiego y desatendiendo, manifiestamente, dónde era necesaria la ayuda. 

Afortunadamente la situación ha ido evolucionando hacia la resolución cuando se han ido poniendo las medidas donde tocaba: en los países afectados. Y, habiendo recibido incluso menos ayuda de la que necesitaban, esos países van saliendo adelante. Y la noticia ahora, esperanzadora noticia, es que la OMS ha declarado a Liberia libre de la epidemia ("The Ebola outbreak in LIberia is over"). Del comunicado de la OMS hay que destacar una frase: "los oficiales sanitarios y sus socios reconocieron pronto la importancia de la implicación comunitaria. Los equipos de salud comprendieron que el liderazgo comunitario trae consigo estructuras sociales mejor definidas, con líneas claras de autoridad con credibilidad". Nada es posible sin la participación comunitaria. Parece mentira que una lección como ésta, antigua como pocas, emerja ahora como fundamental ¿lo habremos entendido al fin?

Pues ahora toca alegrarse de que se vayan sumando países africanos a los casos de éxito (aunque aquí llamarlo "éxito" suene excesivo después del desastre que ha significado para el país), pues ya Nigeria demostró que podía lucharse con la enfermedad y vencerla.

Pero no puede caerse en pensar que todo está hecho. El representante de UNICEF en Liberia ha advertido de ello: "haber logrado no tener casos es el primer paso. Pero la amenaza no desaparecerá hasta que no haya más casos en los países vecinos". 

Ahora, entonces, hay que seguir trabajando para que Guinea y Sierra Leona también se sumen a los países libres de casos de enfermedad por virus ébola. Y, lo más importante, trabajar en la reconstrucción de un país, unos países, que ha quedado devastado sobre todo en su más importante capital: el humano.


Imagen tomada de Agencia EFE

martes, 5 de mayo de 2015

Vigilancia: estimando la exhaustividad

Cuenta el diccionario de la Real Academia de la Lengua, tan trapacero para algunas cosas, que vigilancia es el "cuidado y atención exacta en las cosas que están a cargo de cada uno" o el "servicio ordenado y dispuesto para vigilar". No es su ámbito y por eso no define que es vigilancia en salud pública: para eso están los textos más especializados y una buena definición, también con dos acepciones, puede encontrarse en el Diccionario de epidemiología. Allí encontramos que vigilancia es:
"La recogida sistemática y continua, el análisis y la interpretación  de datos, estrechamente integrada con la diseminación oportuna y coherente de resultados y la valoración a aquellos que tienen el derecho de conocerlos para que puedan emprenderse acciones". Lógicamente va dirigida a la aplicación de la información a la promoción de la salud y al control y prevención de la enfermedad.
En su segunda acepción hace referencia a que sus métodos se distinguen por su carácter práctico, uniformidad y rapidez más que por la exactitud o la exhaustividad.

Históricamente las enfermedades transmisibles han sido el principal objeto de la vigilancia, pero afortunadamente este concepto está siendo superado y, cada vez más, otras enfermedades, o conjuntos de ellas, están siendo objeto de vigilancia.

Un ejemplo de ello lo hemos tenido muy recientemente en la presentación que ha efectuado la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) en la que se ha mostrado una estimación de datos de incidencia de cáncer en España basada en los datos aportados por los diferentes registros de cáncer españoles. En la presentación, que ha tenido una amplia repercusión en los medios de comunicación, se ha destacado el carácter de estimación, pese a que alguna de las declaraciones y algún medio han resaltado la exhaustividad. Y es que ambas cosas son diferentes: para la vigilancia del cáncer en España es suficiente disponer de una estimación como la presentada, basada en datos del 30% de la población española. Para el estudio y la investigación del cáncer, como hacen también habitualmente los registros de cáncer, la exhaustividad es fundamental. Son conceptos diferentes, pero su utilización en el mismo ámbito no tiene por qué estar reñida: simplemente responden a objetivos diferentes.

Vigilancia ya no es sinónimo de enfermedad transmisible y esto cambia no sólo el foco, sino que también tiene que hacer cambiar la manera de hacer las cosas, de entender el trabajo y de distribuir los recursos de quienes se dedican y quienes gestionan la epidemiología, principalmente fuera del ámbito académico, porque, recordemos, la vigilancia es una actividad típica de la administración sanitaria.


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