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domingo, 21 de julio de 2019

Ébola en Congo: hacen falta recursos

El 17 de julio pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de enfermedad por virus ébola (EVD, en sus siglas en inglés) en la República Democrática de Congo como una emergencia de salud pública de importancia internacional.

Y esto ¿qué significa? Según el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de 2005 una emergencia de salud pública de importancia internacional es un evento extraordinario que se ha determinado que constituye un riesgo para la salud pública de otros Estados a causa de la propagación internacional de una enfermedad, y podría exigir una respuesta internacional coordinada. Según el RSI, esta definición implica que la situación es:
  • grave, súbita, inusual o inesperada
  • tiene implicaciones para la salud pública que van más allá del Estado afectado y
  • puede necesitar una acción internacional inmediata.
El informe en que se basa esta declaración, titulado "Statement on the meeting of the International Health Regulations (2005) Emergency Committee for Ebola virus disease in the Democratic Republic of the Congo on 17 July 2019está accesible en la página de la OMS, y en él se revisa la situación actual del brote, especificando que el riesgo permanece muy alto a nivel local y regional pero es todavía bajo a nivel global, y que la intensidad de la situación epidemiológica es fluctuante con alrededor de 80 casos nuevos registrados semanalmente. Y también dice que, a pesar de las recomendaciones previas de incrementar los recursos, la comunidad internacional  no ha contribuido suficientemente.

Desde el punto de vista europeo, además del llamamiento de la OMS al incremento de recursos, es interesante resaltar que este informe establece, para todos los Estados fuera de la región afectada, las siguientes recomendaciones:
  • Ningún país debería cerrar fronteras o establecer restricciones de viaje o comerciales.
  • Las autoridades nacionales deberían trabajar con las líneas aéreas y otras empresas de turismo y viaje para asegurarse de que nadie excede las recomendaciones de la OMS respecto al tráfico internacional. 
  • No se consideran necesarias medidas de cribado en aeropuertos y en otros puertos de entrada fuera de la región afectada. 
Algún medio de comunicación ha publicado interesantes y didácticas explicaciones acerca del ébola, como por ejemplo el diario "El País" con sus "Claves de la epidemia del ébola en Congo, la segunda peor de la historia". En este artículo se mencionan las peculiaridades del contexto de esta epidemia, como que el brote se produce en una zona caracterizada por la violencia, las infraestructuras inexistentes, de difícil acceso, la desconfianza de la población local hacia la actuación de las organizaciones internacionales (hablando incluso de estrategia oculta detrás de los equipos de salud), o la propia negación de la existencia de la enfermedad lo que dificulta la protección ante la misma.

En la misma línea, "La Vanguardia" publicó "¿Por qué el ébola se convierte ahora en emergencia sanitaria internacional?", de donde se puede extraer la frase pronunciada por Luis Encinas, de Médicos Sin Fronteras: "Llevan años viviendo en una gran inseguridad y ven cómo su problema no es el ébola, sino morir de parto porque no puede llegar una ambulancia, o de malaria porque la atención sanitaria es inaccesible con ingresos de un dólar al día". 

Ya nos hicimos eco de esto en la entrada "No somos el objetivo. Nadie puede ser el objetivo". Y todo ello nos ha hecho recordar, una vez más, a Milton Terris y las causas del cólera en la India, y que ya citamos anteriormente en este blog, en la entrada "A perro flaco...":

"Es bien conocido que las causas del cólera en la India se remontan a varios siglos de su historia: la invasión británica y la destrucción de una industria textil que un día fue floreciente, la persistencia de sistemas arcaicos de propiedad de la tierra, de métodos de labranza, del sistema de castas, de la increíble pobreza, hambre y hacinamiento que padece la población; la consecuente incapacidad para financiar el desarrollo de suministros de agua potable y drenaje y por último, casi incidentalmente, la presencia del vibrión del cólera.

Esperemos que no se vuelva a producir la situación del brote de EVD de África occidental de hace unos años, y esperemos también que, si se produjera el peor de los casos, en España, y en otros países desarrollados, la reacción de la administración, la profesional y la de la población, tengan en cuenta la experiencia acumulada y se esté a la altura de las circunstancias. Pero, lo mejor es actuar ahora. Y como pide la OMS, actuar aportando recursos para los países africanos que, en este momento, lo necesitan.


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