sábado, 30 de marzo de 2013

Un chiste de epidemiólogos

Hace mucho tiempo que me contaron este chiste, pero yo lo sigo utilizando todavía hoy en día, y no es porque tenga mucha gracia, sino porque, lamentablemente, aún hay aspectos que siguen siendo ciertos. Y, pese a que hay noticias de un suceso parecido, puedo asegurar que el chiste es anterior a la noticia.
 
Escuchad:
 
Van dos personas en una avioneta y sufren una avería, pierden la orientación y el motor empieza fallarles. Al final no les queda más remedio que intentar realizar un aterrizaje de emergencia. Miran desesperadamente y, finalmente, fían su salvación a intentarlo sobre un campo de trigo. Tienen suerte (y pericia) y consiguen aterrizar sin grandes daños.
Cuando, repuestos del primer susto, salen de la avioneta, se dan cuenta de que, faltos de la instrumentación del aparato, no saben dónde han ido a parar. A lo lejos ven a un lugareño y deciden acercarse hasta él. Cuando llegan le preguntan:
"Buen hombre, ¿dónde estamos?".
El lugareño los mira, nada extrañado, y sigue así mirándolos sin soltar palabra durante más de media hora.
Al final, el buen hombre abre la boca para decir:
"Están ustedes en un campo de trigo".
Uno de los aviadores se vuelve hacia el otro y le dice:
"¡Ya está! Hemos aterrizado en el país de los epidemiólogos".
"¿Y por qué lo sabes?" le contesta el otro.
"Pues por tres motivos:
1. La información que nos ha dado este hombre es exacta.
2. Ha tardado una eternidad en dárnosla.
3. Y finalmente, no nos sirve para nada".
 
La moraleja del chiste nos indica que, para trabajar en epidemiología, sigue siendo necesaria la exactitud, pero la oportunidad en disponer de la información y, no lo olvidemos, su utilidad son imprescindibles. No nos perdamos pues en la esterilidad a la que a veces nos conduce la búsqueda de la perfecta exactitud en la información epidemiológica, olvidando para qué es necesaria y que una información a destiempo es principalmente de utilidad histórica.
 
 



miércoles, 27 de marzo de 2013

Dos buenos amigos son siempre el agua y el jabón

Cuando yo era pequeño, recuerdo a mi padre canturreando una cancioncilla que vete a saber dónde aprendió y que, entre otras perlas, incluía la frase que da título a esta entrada: "dos buenos amigos son siempre el agua y el jabón". En esa canción se incluían otras estrofas relacionadas con la higiene por lo que deduzco que tal vez fuera utilizada en la escuela para inculcar hábitos higiénicos a los niños y a él se le debió de quedar grabada y salía de tanto en tanto.
 
Seguro que a Ignác Semmelweis (1818-1865) no se la cantaban de pequeño, pues es precisamente gracias a él, y a otros como él, que esa canción pudo ser compuesta. Este médico nacido en Hungría, tuvo una vida profesional azarosa primero debido a su interés en comprender las causas de la fiebre puerperal y, posteriormente, por la incomprensión de gran parte de sus colegas acerca de las medidas por él propuestas para su control.
 
Su historia acerca de cómo consiguió controlar la mortalidad materna debida a la falta de medidas higiénicas es relativamente conocida (vease, por ejemplo, "Ignaz Semmelweis and the birth of infection control", publicado en BMJ), pero tal vez lo es menos las circunstancias en las que acabó sus días.
 
Una cosa que llama la atención en la búsqueda de información sobre Semmelweis es la aparición de la palabra héroe o leyenda para referirse a él. Sin duda las reticencias, cuando no abierta oposición, de sus colegas y la falta de reconocimiento de su trabajo en vida han contribuido a esto. Pero tal vez su muerte tampoco es ajena a ello. Puede encontrarse una breve reseña en el artículo titulado "Semmelweis y su aporte científico a la medicina: un lavado de manos salva vidas". Allí se explica que, a los 42 años empezó a mostrar síntomas depresivos, irritabilidad y cambios de conducta, y cinco años más tarde,  en julio de 1865, debido a la sintomatología psicótica paranoide que aparentemente sufría, fue internado en un sanatorio, donde moriría al mes siguiente. Las causas de su fallecimiento pueden ser atribuidas según algunos a una neurosífilis, según otros a una demencia de Alzheimer precoz, y otros mencionan como causa los golpes que le infligieron en el sanatorio para tratar de controlarlo debido a su situación, pero, y aquí viene lo trágico, también se ha atribuido a una sepsis, como la que él combatió durante la mayor parte de su vida. En este caso no está clara la puerta de entrada del microorganismo: si fue una herida autoinfligida, o si fue debida a las heridas sufridas en los intentos de contención en el sanatorio.
 
Desde el punto de vista epidemiológico nos ha legado, además de la interpretación de los datos, una escrupulosa recopilación de  los mismos que ha posibilitado incluso que, hoy en día, se haya podido realizar un análisis estadístico de sus datos ("Semmelweis and the aetiology of puerperal sepsis 160 years on: an historical review") que ha permitido a sus autores concluir que Semmelweis aportó evidencia suficiente de que el exceso de mortalidad materna observado era debido a la transferencia de un agente infeccioso desde los cadáveres a las parturientas a través de las manos de los médicos y estudiantes.
 
En cualquier caso la importancia de su legado es el reconocimiento del lavado de manos en la práctica sanitaria. Y es que, como también decía la cancioncilla: "si quieres estar muy sano lávate mucho las manos".
 
Semmelweiss, en 1864
 

sábado, 23 de marzo de 2013

Silbando al trabajar

Para varias generaciones resulta inolvidable una de las canciones en la película de Disney "Blancanieves y los siete enanitos" (1937) titulada "Silbando al trabajar" en la que se ensalza la buena actitud y la cooperación ante el trabajo (doméstico en ese caso). Todos sabemos que eso no garantiza que los efectos sobre la salud de los trabajadores sean menores. Y de recordarnos cómo está la situación en España se encarga el  "Informe de Salud Laboral España, 2001-2010", elaborado por el Centro de Investigación en Salud Laboral, CISAL, de la Universitat Pompeu Fabra y recientemente hecho público.
 
En este informe se presentan abundantes datos, y gráficos, provenientes de variadas fuentes. Tiene un capítulo expresamente dedicado a efectos sobre la salud. En él se menciona el descenso observable en este periodo en la mortalidad por accidentes de trabajo, pese a lo cual se ha producido un incremento de las desigualdades puesto que la reducción ha sido mayor en los trabajadores no manuales que en los trabajadores no cualificados. En las lesiones no mortales, también en un contexto de disminución en el período, en cambio si que se ha reducido la desigualdad entre tipos de trabajadores. No en balde una de las recomendaciones del informe es "Fomentar los estudios desagregados por ocupaciones y actividades económicas a fin de conocer las tendencias de desigualdades".
 
También llama la atención, aunque no debería extrañarnos, cómo se refleja el impacto de la crisis en la estructura productiva especialmente a partir de 2008, en la mayoría de los indicadores. La tasa de paro, en cambio, empeora a partir de 2007, un año antes.
 
En definitiva, el Informe nos recuerda que "junto al descenso de las lesiones mortales y no mortales a lo largo de la década, otros indicadores de salud como la percepción de buena salud y la incapacidad permanente disminuyen o permanecen estables".
 
Por ello, una de las recomendaciones del informe es la de "Realizar estudios específicos que evalúen el impacto de la crisis sobre la salud de los trabajadores, y las reformas llevadas a cabo para hacerle frente, en especial la reforma laboral, tanto de los que trabajan en el sector formal como informal, así como los desempleados".
 
Hay trabajo, pues. Silbemos mientras lo hacemos, pero no para disimular.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

miércoles, 20 de marzo de 2013

Si caminas lo bastante...

-¿Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí?- pregunta Alicia.
-Eso depende de a dónde quieras llegar- responde el gato.
-A mi no me importa demasiado a donde.
-En ese caso, da igual hacia donde vayas.
-“Siempre que llegue a alguna parte”
-¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante.
 
 
 
Este diálogo siempre me remite a uno de los primeros artículos que leí, con auténtico interés, en el ya muy lejano 1983: "Informació sanitària...Per a què? (A propòsit de la conveniència d'un Sistema d'Informació Sanitària)" (1), inencontrable en formato electrónico hoy en día. Lo poco, o lo mucho, que haya podido hacer en este terreno se lo debo a este artículo, y también, claro está, al gato de Cheshire y sus sabias enseñanzas.
 
Y es que si no sabes dónde vas ¡qué más da por donde vayas!. ¡Y eso nos pasa con tantas cosas!, y en el uso de información lo vemos todos los días. ¿Qué indica el indicador (de salud)? ¿Alguien lo sabe?. Y si no sabes qué indica ¿hacia dónde vas?. Hemos asistido con frecuencia a mal uso de indicadores, a su perversión incluso, o a su utilización sin ton ni son. Y como decía el gato, siempre llegas a alguna parte si caminas lo bastante. Así que ¡cuidadito!.
 
Y en el ámbito de la salud pública, uno de los asuntos en los que más demostramos si sabemos dónde vamos o no, es en la elección del ámbito geográfico o territorial de análisis o de cálculo de un indicador. No todos valen para lo mismo, no todos se utilizan para lo mismo, no todos se pueden utilizar. Por eso hay que plantearse muy seriamente si la finalidad última es la acción (que debería ser lo deseable), o la descripción, o la evaluación, o....Y en función de eso elegir el ámbito. Con un sentido. Con una idea. Que luego podrá salir mejor o peor, pero que estaba presente.
 
Esa idea la vemos en los County Health Rankings, en Estados Unidos, o en el Observatorio de Salud de Asturias, a los que ya nos hemos referido en el pasado (Ver "Observar, contar actuar"). La cuarta edición de los County Health Rankings ha sido lanzada hoy mismo, 20 de marzo de 2013. Allí la unidad de análisis es el condado ("County") y su idea es la de la acción a ese nivel. No soy un gran partidario del sistema de clasificación en una lista (del ranking), pero he de reconocer que hay ejemplos que demuestran su validez para mover al cambio (como el de Juneau County en Wiscosin).
 
Idea, sentido, orientación, y así llegaremos a donde queríamos ir, no a alguna parte.
 
(1) Segura A, Spagnolo E, Andres J, Sans S. Informació sanitària... Per a què? (A propòsit de la conveniència d'un Sistema d'Informació Sanitària). Gaseta Sanitària de Barcelona. Sèrie Monografies, Junio 1983;1:4-10.

Gato de Cheshire, edición de 1866 de Alice's Adventures in Wonderland
 
 

viernes, 15 de marzo de 2013

200 velitas por Snow

Un señor con largas patillas, poco pelo, el cejo fruncido y con aire de no estar de buen humor. Este es el aspecto que luce John Snow en su retrato más conocido en el que posa de manera evidente, al modo que podríamos llamar victoriano, pero que no es otro que el de los retratos de la época (1857). Un retrato que le muestra en un período ya muy cercano al de su muerte que se produjo en 1858.
Pero lo que celebramos ahora, el 15 de marzo de 2013, es que John Snow hubiera cumplido 200 años.

Un aniversario que será celebrado igual por los que se dedican a la epidemiología y a la anestesiología. Y para destacar estas dos dedicaciones, volvemos a recordar aquí el excelente relato de Juan Bellido sobre ello ("John Snow, doble meriatra") en el que menciona, entre otras, la intervención, como anestesista,  de Snow en el nacimiento en 1853 del príncipe Leopoldo, hijo de la reina Victoria de Inglaterra.
Años muy agitados para Snow debieron ser prácticamente todos los de su corta vida (murió con 45 años a causa de un ictus), ya que en tan corto espacio de tiempo publicó la primera edición de "On the Mode of Communication of Cholera" en 1849, contribuyó también ese mismo año a la fundación de una sociedad cuyo objetivo era investigar las epidemias, la "London Epidemiological Society", realizó la pionera intervención anestésica con tan augusta paciente en 1853, intervino en la epidemia de cólera en Londres en 1854, actuó nuevamente como anestesista en el nacimiento de la princesa Beatriz en 1857, y su fallecimiento en 1858 fue seguido de la publicación de su última obra ("On chloroform and others anaesthetics") .

Su corta vida y breve carrera profesional no fueron impedimento, como podemos ver, para  trabajar en dos áreas tan alejadas como la anestesia y la epidemiología y desarrollar en las mismas destacadas actuaciones que han dado pié a infinidad de trabajos posteriores en los que se reconoce su dedicación.

Ahora, con motivo de este 200 aniversario, son varios los actos que se han organizado, siendo los más importantes los que tienen lugar en la Universidad de York, su ciudad natal,  o en Londres, uno organizado por la Anaesthesia Society y, probablemente el más destacado, el que organiza la London School of Hygiene&Tropical Medicine (que ha creado una página especial para este aniversario) que ocupará los días 15 y 16 de marzo ("Mapping disease: John Snow and the cholera") y otro que se celebrará el 11 y 12 de abril ("Snow’s Legacy: Epidemiology Today and Tomorrow").
También The Epidemiology Monitor se ha sumado a la celebración con un número especial en febrero en el que se recogen varias aportaciones acerca de la figura y obra de John Snow. Y los que quieran algo más siempre pueden pasar a engrosar la "John Snow Society", para lo que es imprescindible haber estado en el Pub John Snow ubicado en el Soho londinense (exactamente donde estaba la famosa bomba de agua). 

Celebremos, pues, este aniversario, y no nos olvidemos tampoco de que no todo lo que se atribuye a Snow es auténticamente cierto (como ya comentamos en "Bola de nieve: John Snow y su mapa").




martes, 12 de marzo de 2013

InformaCCión: empoderamiento y parálisis

¿Has tenido la sensación alguna vez que tenías alguien encima de tí y no te dejaba levantarte? En ese caso, tal vez hayas experimentado la llamada "parálisis del sueño", una desagradable sensación que, al irse a dormir o al despertarse, puede tener una persona que, con plena sensación de consciencia, de estar despierta, descubre, cuando intenta moverse,  que le resulta imposible hacerlo. Por fortuna, es una reacción natural del cerebro, que suele ceder tras un corto espacio de tiempo, al igual que cede el hormigueo de una pierna. Cuando hablamos de "empoderamiento de pacientes" una imagen que se nos puede aparecer es semejante a esta. Se nos duerme un brazo, o todo el cuerpo, pero en realidad nosotros estamos despiertos, aunque no lo notemos así. Una disociación entre lo que sentimos y lo que sucede.
 
Tal vez esto es lo que pasa con el empoderamiento. La parálisis debería ser sólo temporal y el movimiento debe venir a continuación. Una persona siente que en todo lo relacionado con la salud no puede moverse por si solo, que no puede actuar, que tiene a alguien encima (jerárquicamente) que se lo impide, que es necesario el conocimiento experto que no está a su alcance ("todo para el pueblo pero sin el pueblo"). Pero si esa persona se tranquiliza, si reflexiona, descubre que sí es capaz de moverse, de tomar sus propias decisiones informadas y para ello necesita, claro está, información. Así que, en la actualidad, lo natural es buscar esa información donde hoy en día está: en la red.
 
Así que empoderamiento y la red vienen casi de la mano (aunque no es la única posibilidad, claro). El inconveniente surge porque el Dr. Google no siempre acierta cuando uno le consulta, o más correctamente lo que sucede es que uno acude a la consulta equivocada. Una consulta que puede estar atendida por alguien que realmente no sabe, o que puede tener unos intereses que no coinciden con los nuestros y lo que hace en vez de promocionar salud es promocionar o inventarse enfermedades ("disease mongering") en su propio provecho.

Información es poder. Está claro. Y en salud también. Y estaría bien que pensáramos no solo en términos de pacientes, sino en términos de población, que es lo que somos la mayor parte del tiempo ¿no?, incluso cuando estamos enfermos. Igual que la inmunidad de grupo protege a los no vacunados, la (correcta) información del grupo también puede ayudar a empoderar a los no informados o a los mal informados. Y no sólo para curarnos de una enfermedad, sino para mejorar la salud. ¿O es que seguimos manejando el concepto de salud = "no enfermedad"?.

 
 
 
 
 
 
 
 

sábado, 9 de marzo de 2013

Es hora de actuar: one woman

Habrá sido casualidad, pero justo esta semana en la que se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer, ha sido cuando he retirado de mi buzón el ejemplar de Gaceta Sanitaria correspondiente al último número publicado, en el que se publicaban dos artículos relacionados con los estudios de género y salud:
 
Bueno, "se non è vero, è ben trovato". Es una buena manera de poner en primer plano la importancia y la necesidad de seguir avanzando en este ámbito. Algo que ya fue hecho hace algunos años desde el Observatorio de Salud de las Mujeres en el Ministerio de Sanidad e impulsado por Concha Colomer.
Precisamente entre los documentos disponibles en este Observatorio está la "Guía de Estadísticas de Salud con Enfoque de Género", en la que podemos leer que "la información desagregada por sexo dice si existen diferencias por sexo en una dimensión específica de la salud; mientras que los indicadores con sensibilidad de género son elaborados para observar las consecuencias en la salud del género como construcción social y, así, ayudar a comprender si la diferencia observada entre sexos en el estado de salud es el resultado de desigualdades o inequidades por género".
 
La información es necesaria para mover a la actuación. El lema de este año del Día Internacional nos recordaba que "Una promesa es una promesa: Es hora de actuar para acabar con la violencia contra la mujer". Un mensaje de unidad y solidaridad: somos "One Woman", una sola mujer.
 
 


 
 

lunes, 4 de marzo de 2013

Género y generalizaciones

No siempre todo el mundo entiende lo mismo por género. Y su confusión con sexo está a la orden del día. En epidemiología también.
 
Por eso traemos aquí una imagen que puede hacer entender algo más el concepto y que, aunque no sea la mejor que se puede encontrar, es bastante expresiva. Podéis ver el original aquí. Y una versión más actualizada, aquí.
 
 
 
 
Pero si queréis una definición más amplia podéis encontrarla aquí, en el Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo.
 
Que os aproveche
 
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