sábado, 18 de enero de 2014

No se muera aquí Milord

Lo de no tener dónde caerse muerto en algunos casos puede llegar a ser literal y es que parece que existe una ley que prohíbe fallecer dentro del Parlamento Británico. La justificación de esta ley (elegida como la más absurda en una encuesta en 2007) es que, dado que las Casas del Parlamento tienen la consideración de Palacio Real, cualquiera que fallezca allí debe ser enterrado con un funeral de estado y, claro, no es plan (o eso debió pensar el legislador) porque debe ser caro y engorroso organizar un funeral de estas características.

Y es que el lugar donde morir siempre ha sido un hecho diferencial (podemos ver, por ejemplo, el Atlas de Mortalidad de la Unión Europea). También se ve que, en el morir, los motivos económicos y sociales, como sucede en el caso del Parlamento Británico, están siempre en primera línea.

No lejos de las casas del Parlamento se encuentra Whitehall y es ahí donde se realizó el "Whitehall I Study" (posteriormente se realizó el Whitehall II Cohort Study) y en él se pudo demostrar que había una clara relación inversa entre la categoría de empleo de los funcionarios de Whitehall y la mortalidad coronaria. Ello fue publicado en el ya lejano año de 1978 (Employment grade and coronary heart disease in British civil servant). 

Así pues, ya sabemos: no sólo es importante dónde se muere (en función de dónde se vive), sino en qué lugar en la escala social se vive y que todo ello influencia cuánto se vive y cómo se muere.

Seguro que por todo eso Agatha Christie no situó la muerte de Lord Edgware en el Parlamento británico.








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