Hace unos días, en el diario El País, Javier Valenzuela publicaba un análisis titulado "Todos somos Dimitris". El nombre del título se refería al pensionista griego que se suicidó recientemente por no poder seguir viviendo dignamente (tema que ya hemos tratado con anterioridad en "La crisis del envejecimiento saludable"). En ese análisis se hacía referencia a un libro escrito por un autor bien conocido en el ámbito de la novela negra, nacido en Estambul y residente en Atenas, Petros Márkaris, titulado "Con el agua al cuello".
Por casualidades del destino se trataba precisamente del libro que teníamos entre manos. Está ambientado en Atenas en el verano de 2010 y narra un caso que el comisario Kostas Jaritos tiene que resolver sobre asesinatos de personas relacionadas con la banca.
Al margen del interés que tiene para los españoles ver cómo se vivía hace un par de años en Grecia una situación similar a la que ahora estamos viviendo aquí, hay un retrato de determinados personajes que son de interés resaltar.
Uno de ellos es Henrik de Moor, un alto cargo de la (inexistente) agencia de calificación Wallace and Cheney. Este personaje, en una entrevista televisiva afirma:
"Las sociedades del bienestar no existen [....]. Sólo existen los grupos de presión [...]. Sólo existen grupos que defienden sus intereses. La sociedad a la que usted alude es un invento. [...] me parece lógico que los que más invierten, los que crean empresas y los que generan puestos de trabajo obtengan mayores beneficios y privilegios. Nos guste o no son los poderosos los que impulsan la sociedad y los débiles les siguen. Si faltase el impulso, los débiles serían los primeros en hundirse."
Es un personaje de una novela, pero Márkaris ha retratado toda una manera de pensar. Las repercusiones sobre la salud son evidentes.
Por casualidades del destino se trataba precisamente del libro que teníamos entre manos. Está ambientado en Atenas en el verano de 2010 y narra un caso que el comisario Kostas Jaritos tiene que resolver sobre asesinatos de personas relacionadas con la banca.
Al margen del interés que tiene para los españoles ver cómo se vivía hace un par de años en Grecia una situación similar a la que ahora estamos viviendo aquí, hay un retrato de determinados personajes que son de interés resaltar.
Uno de ellos es Henrik de Moor, un alto cargo de la (inexistente) agencia de calificación Wallace and Cheney. Este personaje, en una entrevista televisiva afirma:
"Las sociedades del bienestar no existen [....]. Sólo existen los grupos de presión [...]. Sólo existen grupos que defienden sus intereses. La sociedad a la que usted alude es un invento. [...] me parece lógico que los que más invierten, los que crean empresas y los que generan puestos de trabajo obtengan mayores beneficios y privilegios. Nos guste o no son los poderosos los que impulsan la sociedad y los débiles les siguen. Si faltase el impulso, los débiles serían los primeros en hundirse."
Es un personaje de una novela, pero Márkaris ha retratado toda una manera de pensar. Las repercusiones sobre la salud son evidentes.
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