Ya estamos en verano. La noche de San Juan marca en muchas localidades el inicio de la nueva temporada. Celebramos el solsticio de verano que, en la tradición popular, se imbrinca con ritos mágicos, algunos de ellos relacionados con la salud.
No hay excesivas referencias a la influencia del solsticio de verano sobre la salud. Una de las primeras que encontramos son las del botánico valenciano Antonio José Cavanilles en su obra, impresa en 1797, "Observaciones sobre el cultivo del arroz en el Reyno de Valencia y su influencia en la salud pública". En ella escribió:
"En invierno apenas se advierten enfermedades por la oblicuidad de los rayos de sol, y por descansar entonces la naturaleza. Háce más sensible el fuego solar en la primavera, y empiezan a levantarse humedades, las más inocentes y sin olor. Crece el calor a medida que el sol se acerca al solsticio, y entonces se aumenta la fermentación, se descompone la multitud de varios cuerpos, que existian mezclados en aquel suelo cenagoso, y las emanaciones son mefíticas, por el azufre, sales y aceyte fétido que contienen. Introducidas estas en la economía animal vician el movimiento, y alteran el equilibrio de los fluidos: mientras que la excesiva humedad que entonces reyna ocasiona cierta torpeza y fatiga en los sólidos; de modo que se altera el color de los hombres, y se manifiestan tercianas, que con el tiempo aumentan su fuerza y su malicia. [...] Si en Julio, Agosto y Septiembre tiene alguno valor para registrar aquellos lugares y habitaciones, verá con frecuencia rostros pálidos, descarnados y abatidos; infinitos con calenturas y sin fuerzas; máquinas, en fin, que se desmontan y perecen".
Más cercanas en el tiempo, pueden encontarse descritas otras influencias del solsticio en la salud, como las mencionadas en el artículo "Seasonal changes in 24-h patterns of suicide rates: a study on train suicides in The Netherlands". En él los autores afirman que está bien documentado que los patrones anuales en las tasas de suicidio alcanzan un pico cerca del solsticio de verano. Esperemos que, en esta ocasión, se quiebre la tendencia.
Aunque, tal vez, la influencia sobre la salud del solsticio de verano más evidente sean los comportamientos relacionados con la fiesta y las verbenas que tradicionalmente se celebran por la noche de San Juan. Las causas externas (accidentes, intoxicaciones etílicas,...) se llevan la palma.
Celebremos y disfrutemos, pues, el solsticio con todos sus rituales, pero seamos prudentes para que su influencia sea sólo positiva.
Recordemos que, después, "se acabó, que el sol nos dice que llegó el final" (Joan Manuel Serrat, "Fiesta"). Y comienza una nueva etapa y hay que vivirla.
Más cercanas en el tiempo, pueden encontarse descritas otras influencias del solsticio en la salud, como las mencionadas en el artículo "Seasonal changes in 24-h patterns of suicide rates: a study on train suicides in The Netherlands". En él los autores afirman que está bien documentado que los patrones anuales en las tasas de suicidio alcanzan un pico cerca del solsticio de verano. Esperemos que, en esta ocasión, se quiebre la tendencia.
Aunque, tal vez, la influencia sobre la salud del solsticio de verano más evidente sean los comportamientos relacionados con la fiesta y las verbenas que tradicionalmente se celebran por la noche de San Juan. Las causas externas (accidentes, intoxicaciones etílicas,...) se llevan la palma.
Celebremos y disfrutemos, pues, el solsticio con todos sus rituales, pero seamos prudentes para que su influencia sea sólo positiva.
Recordemos que, después, "se acabó, que el sol nos dice que llegó el final" (Joan Manuel Serrat, "Fiesta"). Y comienza una nueva etapa y hay que vivirla.
Las tercianas se debe de referir a la malaria, que por aquel entonces era endémica y daba fiebre cada tres diás (tercianas) o cada cuatro (cuartanas). ya que en las ciénagas en verano proliferaría el anofeles. Supongo. Volveremos de seguir así.
ResponderEliminarSí. Las cercanias de Valencia eran zona endémica
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