Después de las noticias sobre el impacto de la crisis financiera sobre los suicidios en Grecia nos llegan ahora las noticias de cómo afecta a Italia.
¿Qué pasará en España?. De momento, lo que sabemos es que según los datos provisionales de mortalidad por causas de defunción de 2010, el suicidio en España es la primera causa externa de defunción, con 3.145 muertes (2.456 hombres y 689 mujeres) aunque ello es debido sobre todo a la caida observada en la mortalidad por accidentes de tráfico que era la primera causa hasta hace poco. Cuando se observa la variación mensual de las defunciones por suicidios según sexos en ese año 2010, no se aprecia una tendencia al incremento. Lo que, de momento, no nos dicen ninguna de estas cifras es cuántos de estos suicidios pueden atribuirse a la crisis.
Recientemente en declaraciones a "La Vanguardia" la psiquiatra Carmen Tejedor, directora durante varios años del programa de prevención del suicidio de l’Eixample en Barcelona, decía que la crisis no había hecho aumentar el número de suicidios, aunque reconocía que el 30% de los suicidios no se reconocen. También se ha publicado, en el blog Politikon (ver: "Suicidios y crisis"), que precisamente la tasa de suicidios en España está en su nivel más bajo de los últimos 25 años. Por otra parte, según manifestaba, en una carta al director a "El Períodico de Catalunya", Fernando Boatas (Coordinador del Centre de Salut Mental d'Adults y del Hospital Psiquiátrico de Día de Martorell), en las consultas ambulatorias de salud mental (y en las de atención primaria) se está observando un progresivo aumento de demandas y consultas relacionadas directamente con la situación de crisis.
En cualquier caso, la situación de partida de la mortalidad por suicidio en España es algo diferente a la de otros países de nuestro entorno. En un trabajo publicado en 2006 titulado "El suicidio en la España de hoy", Ruiz-Pérez y Olry de Labry-Lima, ponían de manifiesto que España presentaba una de las tasas de suicidio más bajas, pero que había sufrido, uno de los incrementos en las tasas más altos de Europa y del mundo, pese a que en el período al que se referían se había experimentado un notable crecimiento económico.
Recientemente en declaraciones a "La Vanguardia" la psiquiatra Carmen Tejedor, directora durante varios años del programa de prevención del suicidio de l’Eixample en Barcelona, decía que la crisis no había hecho aumentar el número de suicidios, aunque reconocía que el 30% de los suicidios no se reconocen. También se ha publicado, en el blog Politikon (ver: "Suicidios y crisis"), que precisamente la tasa de suicidios en España está en su nivel más bajo de los últimos 25 años. Por otra parte, según manifestaba, en una carta al director a "El Períodico de Catalunya", Fernando Boatas (Coordinador del Centre de Salut Mental d'Adults y del Hospital Psiquiátrico de Día de Martorell), en las consultas ambulatorias de salud mental (y en las de atención primaria) se está observando un progresivo aumento de demandas y consultas relacionadas directamente con la situación de crisis.
En cualquier caso, la situación de partida de la mortalidad por suicidio en España es algo diferente a la de otros países de nuestro entorno. En un trabajo publicado en 2006 titulado "El suicidio en la España de hoy", Ruiz-Pérez y Olry de Labry-Lima, ponían de manifiesto que España presentaba una de las tasas de suicidio más bajas, pero que había sufrido, uno de los incrementos en las tasas más altos de Europa y del mundo, pese a que en el período al que se referían se había experimentado un notable crecimiento económico.
Y en un artículo en el que se muestran resultados del proyecto MEDEA sobre mortalidad por accidentes y desigualdades socioeconómicas en ciudades españolas, con datos referidos a los comienzos de la primera década del siglo XXI, se concluye que, de todas las ciudades estudiadas, sólo en Barcelona, Bilbao, Madrid y Sevilla se presenta una asociación entre mortalidad por suicidio y deprivación socioeconómica.
Así pues, no vemos todavía manfiestamente los datos que se nos anuncian en otros países, pero hay que ser conscientes de que la situación de crisis y las políticas aplicadas pueden llevarnos a ello (no os perdáis "El FMI es malo para la salud" de Javier Segura). Por ello, como ya hemos comentado anteriormente (ver "Los efectos de la crisis"), es necesario que, al menos, seamos capaces de documentar los costes humanos que la crisis financiera puede estar produciendo.
Así pues, no vemos todavía manfiestamente los datos que se nos anuncian en otros países, pero hay que ser conscientes de que la situación de crisis y las políticas aplicadas pueden llevarnos a ello (no os perdáis "El FMI es malo para la salud" de Javier Segura). Por ello, como ya hemos comentado anteriormente (ver "Los efectos de la crisis"), es necesario que, al menos, seamos capaces de documentar los costes humanos que la crisis financiera puede estar produciendo.
Suicidios en el crack financiero de 1929 Imagen tomada de: http://clasehistorias.blogspot.com.es/ |
Interesante.
ResponderEliminarQuizá sea el estado de bienestar el que lleve al suicidio (lo que no quiere decir, obviamente, que no haya que pelear por él).
El nombre del segundo de los autores de del artículo del suicidio está mal.
Un saludo.
Gracias por darte cuenta de los errores: corregidos.
ResponderEliminarEn cuanto al fondo, es evidente, y así lo dice la bibliografía, la relación entre los factores socioeconómicos y el suicidio. Lo único es que la informaicón de que disponemos no permite afinar mucho en este aspecto ¿cuantos de los suicidios son debidos a una situación económica desesperada?.