Este fin de semana pasado ha sido pródigo en noticias y declaraciones que merece la pena reseñar porque, aunque parezcan traídas por los pelos, tienen que ver, y mucho, con la salud.
Una de ellas es la manifestación que tuvo lugar en París organizada por una plataforma denominada "En marcha por la vida" y en la que se protestó en contra de la ley francesa sobre el aborto, promulgada en 1975 y conocida como Ley Veil (por Simone Veil, ministra francesa de Sanidad en la presidencia de Giscard d'Estaign). En ella se pudo observar el progreso hecho por la Marca España y el impacto que está teniendo fuera de nuestras fronteras, pues en la manifestación el grito más coreado fue "Viva España" o "Vive l'Espagne", reclamando para Francia una ley como la que se avecina en España. ¡Qué lejanos aquellos tiempos de los añejos carteles "Aidez l'Espagne"! (¿o no tan lejanos?: recordemos la carta de la ministra francesa de derechos de las mujeres y portavoz del gobierno francés).
Con estos antecedentes, se ha venido arriba el nuevo cardenal español Fernando Sebastián y hacía unas declaraciones en las que afirmaba que "la homosexualidad es una deficiencia" que se puede recuperar y normalizar con el adecuado tratamiento. Y la ha comparado con la hipertensión. Hipertensos hay muchos y cabe suponer que esa ha sido la razón de efectuar esta comparación. Por lo que se ve, cada día la epidemiología está cobrando más adeptos y eso permite hacer este tipo de comparaciones.
No extraña, por lo tanto, que el remate de declaraciones lo haya efectuado el presidente canario, Paulino Rivero, que asegura que en los hospitales del archipiélago "hay 400 pacientes que están en condiciones de tener el alta médica pero sus familiares no los recogen", lo que ha calificado de "cuestión cultural". Ahí queda eso.
Hay días, o semanas, en las que "El Mundo Today" parece un periódico costumbrista y serio al lado de lo que se puede leer en todos los otros medios.
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