domingo, 10 de febrero de 2013

Reinos, caballos y evidencia


Ricardo III. Acto quinto, Escena IV
Ricardo: ¡Un caballo, un caballo! ¡Mi reino por un caballo!
Catesby: Retiraos, señor: os ayudaré a encontrar un caballo.
Ricardo: ¡Villano, he echado la vida a una tirada de dados, y afrontaré el azar de la suerte! Creo que hay seis Richmond en el campo: he matado a cinco en vez de él. ¡Un caballo, un caballo! ¡Mi reino por un caballo! (Se van)

Así cuenta William Shakespeare los últimos momentos de Ricardo III, antes de caer abatido en la batalla de Bosworth (1485). Pero en estos días parece que estamos asistiendo a los auténticos últimos momentos tras el descubrimiento de un esqueleto en Leicester que, a decir del arqueólogo Richard Buckley, uno de sus descubridores, es "más allá de toda duda razonable”, el de Ricardo III. Y sus afirmaciones estaban basadas no sólo en la apariencia de los huesos hallados, con una marcada escoliosis, y con profundas heridas en el cráneo, sino en las pruebas de ADN realizadas a los huesos y cotejadas con las de un descendiente de Ricardo III que ha sido identificado ("Un carpintero de ADN azul", tal y como publica "El País")

Hasta aquí todo perfecto, y asombroso, pero "Materia", una web de noticias de ciencia, medio ambiente, salud y tecnología, nos recuerda ("Mi reino por un verdadero estudio científico sobre Ricardo III") que no existe ningún estudio  publicado en una revista científica con revisión por pares acerca del proceso seguido en este caso (la revista New Scientist también se pronuncia en el mismo sentido). Nadie dice que no sea cierto, simplemente que no se ha publicado, que por ello no se ha podido revisar por otros expertos en genética y que, por lo tanto, no se dispone de evidencia científica acerca de ello.

Este proceso nos recuerda a otra frase también referida a caballos, y según algunos un precedente de la Shakespeare: "por un clavo se pierde una herradura, por una herradura un caballo, por un caballo un caballero, por un caballero una batalla y por una batalla se pierde un reino" (Vocabulario de Gonzalo Correas (1627), Lope de Vega (El primer Fajardo, 1610-1612) y un cuento anónimo del siglo XV).

Y es que en la ciencia es necesaria la evidencia y la transparencia. Como en la vida misma. Y la epidemiología, como la arqueología o la genética, también la necesita. Ya se nos recordaba  hace casi 10 años en el artículo titulado "Epidemias, mentiras y democracia" firmado por Ildefonso Hernández. Es un buen momento para revisarlo.





4 comentarios:

  1. el artículo sigue siendo totalmente vigente... parece escrito ayer :(
    Gracias por el post

    ResponderEliminar
  2. Una inevitable asociación de ideas (caballos, evidencias...) me recordó aquel diálogo entre el juez y el personaje de "Crimen y castigo", Raskalnikov, cuando el primero le cita al segundo el proverbio inglés, según el cual "ni cien conejos hacen un caballo ni cien conjeturas hacen una evidencia"...
    Un interesante post. Muchas gracias, Oscar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espléndida frase y muy bien traída. Gracias por tu aportación.

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...