miércoles, 15 de mayo de 2013

La brecha y la evidencia #carnavalsalud

 
Un amigo contaba recientemente que su abuelo se murió sin haber utilizado nunca un teléfono. Su padre le contó que su abuelo decía que para hablar con alguien no era necesario usar “ese maldito chisme” ya que si había que comunicarse con una persona, “de toda la vida lo que se ha hecho es ir y hablar con quien fuera”.

Una nueva técnica, una metodología implantada recientemente, o cualquier innovación representan campos de avance que tendrán siempre valedores de todo lo nuevo, y también tendrán detractores, gente que, como el abuelo de este amigo, piensa que, si hasta ahora no habían sido necesarias, bien podemos seguir pasando sin ellas.

Y nos tememos que el concepto 2.0, pese a que ya no es ninguna novedad, sigue todavía “gozando” de esta consideración. Hay un puñado de “apóstoles” de la “buena nueva” para los que cualquier cosa es posible y que siguen empujando hacia las fronteras para llegar hasta mucho más allá del 2.0, "hasta el infinito y más allá" (como decía Buzz Lightyear). Y mientras tanto, otros califican de frikis a quienes hacen esto o incluso simplemente a quienes usan las herramientas 2.0. Y resulta que ser un friki no está al alcance de cualquiera ya que se requiere determinación y persistencia ya que la "regresión a la media” nos impulsa hacia el comportamiento habitual o más frecuente.

Tal vez, como casi siempre, en el término medio está la virtud. Seguramente se trata de admitir algo que mencionábamos recientemente en otra entrada, referida a las redes sociales: “están ahí y negar su interés no las hace desaparecer ni minimiza su impacto".

Lo difícil no es convencer a los refractarios absolutos (al “abuelo”) ya que eso es sencillamente imposible. Lo difícil es llegar a aquellas personas que no tienen a priori una actitud negativa pero que tampoco ven una ventaja, o a los que no tienen curiosidad o tiempo para dedicarle a algo que se sale de lo cotidiano, lo de todos los días.

A esos sólo les convence la evidencia, no la espectacularidad. Y eso no es algo tan extraño ¿verdad? Se trata, simplemente, de demostrar aplicaciones útiles, de mostrar ventajas. La tecnología está siempre cambiando nuestras vidas y resulta difícil seguir el paso de los cambios, pero todo el mundo aprecia las verdaderas ventajas ¿o hay alguien que no utilice la lavadora teniéndola a su alcance?

En salud 2.0 quedan muchas, muchísimas, cosas por hacer, pero una de ellas no es, seguro, la de hacer apostolado en tierras de misión: se trata de utilizar el concepto 2.0 en el ámbito de la salud y si es útil ya irá calando y si no lo es, o no lo demuestra, se trasformará en algo digno de la frikipedia.

En el ámbito de la epidemiología ya hay ejemplos que mostrar y la infodemiología (o TICdemiología como también la denominamos en algún momento) es probablemente uno de los más relevantes. Pero, como todo, requiere tiempo, experiencia, aciertos y aprender de los errores. La brecha digital está ahí, pero su reducción requiere evidencia, no eminencia. #carnavalsalud
 

 

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